OTRA CAJA
No hace mucho, tuve el privilegio de tomar un desayuno con una doctora Neurofisióloga. Me hablaba con pasión de su trabajo y de las distintas interpretaciones de un EEG
En resumidas cuentas las definiciones aportadas por mi amiga las podríamos encuadrar y resumir en lo siguiente:
El EEG (Electroencefalograma) mide la actividad eléctrica del cerebro en diferentes regiones y patrones. Las ondas cerebrales que se registran en el EEG se dividen en diferentes bandas de frecuencia, que se correlacionan con diferentes estados mentales y emocionales. A continuación se describen las diferentes regiones y patrones del cerebro que se pueden medir con el EEG:
Lóbulo frontal: Esta región del cerebro está involucrada en la toma de decisiones, la planificación, el control de los movimientos voluntarios y la atención. El EEG puede medir la actividad eléctrica en el lóbulo frontal para evaluar la función cognitiva y detectar trastornos como el TDAH y la esquizofrenia.
Lóbulo parietal: Esta región del cerebro está involucrada en la percepción espacial, la atención selectiva y la integración sensorial. El EEG puede medir la actividad eléctrica en el lóbulo parietal para evaluar la función cognitiva y detectar trastornos como el síndrome de desatención e hiperactividad y la enfermedad de Alzheimer.
Lóbulo temporal: Esta región del cerebro está involucrada en la memoria y el procesamiento del lenguaje. El EEG puede medir la actividad eléctrica en el lóbulo temporal para evaluar la función cognitiva y detectar trastornos como la epilepsia y la enfermedad de Alzheimer.
Lóbulo occipital: Esta región del cerebro está involucrada en la percepción visual. El EEG puede medir la actividad eléctrica en el lóbulo occipital para evaluar la función visual y detectar trastornos como la ceguera cortical.
Patrones de actividad cerebral:
El EEG también puede medir diferentes patrones de actividad cerebral, como las ondas alfa, beta, delta y theta. Estas ondas cerebrales se correlacionan con diferentes estados mentales y emocionales, como la relajación, la concentración, el sueño y la atención.
En resumen, el EEG puede medir la actividad eléctrica en diferentes regiones del cerebro y detectar patrones y cambios en la actividad cerebral que pueden proporcionar información valiosa sobre la función cognitiva y la salud del cerebro.
Existen diferentes tipos de ondas cerebrales que se pueden medir con el EEG (Electroencefalograma). A continuación, se describen los cinco tipos principales de ondas cerebrales que se observan en el EEG, clasificados según su frecuencia:
Ondas delta: Son las ondas cerebrales más lentas, con una frecuencia de entre 0,5 y 4 Hz. Estas ondas se producen principalmente durante el sueño profundo y están asociadas con la reparación y regeneración del cuerpo.
Ondas theta: Son ondas cerebrales de baja frecuencia, con una frecuencia de entre 4 y 8 Hz. Estas ondas se producen durante la fase de sueño ligero y también se observan durante la meditación y la relajación.
Ondas alfa: Son ondas cerebrales de frecuencia media, con una frecuencia de entre 8 y 13 Hz. Estas ondas se producen principalmente cuando la persona está relajada y despierta, con los ojos cerrados. También se observan durante la meditación y la creatividad.
Ondas beta: Son ondas cerebrales de alta frecuencia, con una frecuencia de entre 13 y 30 Hz. Estas ondas se producen durante la actividad mental, como la concentración y el enfoque, y también durante el estado de vigilia.
Ondas gamma: Son las ondas cerebrales más rápidas, con una frecuencia de más de 30 Hz. Se producen durante la integración de la información y la percepción consciente
Cada tipo de onda cerebral tiene una frecuencia y amplitud características que pueden proporcionar información valiosa sobre la actividad cerebral y los estados mentales y emocionales de una persona. Los médicos y los investigadores utilizan el EEG para detectar patrones y cambios en la actividad eléctrica del cerebro, lo que puede proporcionar información valiosa sobre la salud y el funcionamiento del cerebro.Realmente es espectacular lo que podemos determinar mediante los medios técnicos. Pero mi curiosidad respecto a la visión “técnica” del cerebro iban en otro sentido. Se me ocurrió el atrevimiento de preguntarle a mi amiga.
¿con las imágenes aportadas por los EEG, serías capaz de ver o analizar si esa persona es feliz?
Aún fue más sorprendente su respuesta.
SI.
Y añadió , No sé lo que hay, pero hay algo es esas imágenes que puestas en comparación con otras, manifiestan claramente la diferencia entre un hombre feliz y otro que no lo es.
Insistí
¿el que?
No lo sé pero , el de la persona infeliz es “feo”, aunque las gráficas son correctas.En este contexto le compartí unos pensamientos suscitados en esa “fealdad” o “belleza” de unos datos netamente científicos.
A continuación transcribo -aunque no literal- esos pensamientos compartidos.
¿y si tuviéramos otra “caja” , ¿ Otro lugar más profundo, no medible, y que actúe sobre el “yo”, el ser humano, la persona en definitiva.
Una caja dónde se produzcan los efectos que hace que la gráfica sea “bonita” o “fea”, algo simular a un matiz de color invisible al ojo humano pero que le de un nuevo sentido a lo medible, a lo visual, a lo méramente técnico.
Es la caja que contiene las percepciones mas sutiles del “yo” profundo, donde queda grabado lo vivido y sentido.
Esas improntas percibidas forman parte del lienzo que somos, y les da matices , y algunas veces son efecto multiplicador de vivencias presentes y se manifiestan de modo recurrente en nuestro vivir diario, dan luces y sombras a lo que somos.
En todo caso, si alguna “fealdad” aparece en nuestro EEG, no es accesible la transformación a belleza sin en el acceso a esa otra caja, puesto que el origen no está ni en la actividad ni en los patrones cerebrales,